top of page

¿Qué hago con las dudas?





Todos los días resolvemos multitud de dudas de forma cotidiana, por ejemplo: ¿qué hago hoy de comer?. ¿qué ropa me pongo?, ¿voy en coche o en transporte público al trabajo?, etc. Para ello realizamos de forma eficiente tomas de decisiones constantes que son las conductoras de nuestro día a día. Pero, ¿qué pasa cuando esas dudas son sobre aspectos más trascendentales, como por ejemplo: cambiar de trabajo, mudarse, iniciar un nuevo proyecto o una nueva relación, cambiar un hábito, entre otras.? ¿Cómo nos hacen sentir esas dudas? ¿Tienen alguna utilidad?. En este artículo vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre el tema.


¿Qué son las dudas?


La RAE las define como: ‘Estado de indecisión o de falta de certeza’ y ‘cosa que provoca dicho estado o lo implica’.

La duda lleva consigo una llamada a la acción que pasa, en primer lugar, por la toma de una decisión. Por tanto, la duda puede entenderse como un poderoso motor de cambio. Cuando hay duda, hay introspección y, por tanto, puede ser una oportunidad para darse cuenta de que algo no va bien.


La duda puede estimularnos, pero también puede saturarnos convirtiéndose en el motor de la ansiedad. La duda genera incertidumbre, lo que puede acabar en toma de decisiones precipitadas obteniendo malos resultados. Aprender a manejar la duda es fundamental para poder elegir lo que realmente puede hacernos bien.


Cuando las dudas se convierten en nuestras enemigas....


Cuando nos invaden dudas sería interesante que nos hiciésemos la siguiente pregunta: ¿a qué tengo miedo? Porque en realidad cuando dudamos tenemos un tremendo miedo a equivocarnos, a no tomar la decisión correcta. Es en este momento en el que la persona puede quedarse paralizada, esperando a que la respuesta aparezca sola con el simple sentir o qué se resuelva por arte de magia.


Resolver dudas implica enfrentarnos a nuestros miedos, implica agarrar al miedo de la mano y caminar con él, sin paralizarnos y sin evitar experimentar. También implica tener una sana autoestima, así como una percepción positiva de nuestra capacidad para hacer frente a la decisión que tomemos, asumiendo la responsabilidad de la misma y esforzándoos en los pasos a seguir para llevar a cabo nuestra decisión.


"Cuando tienes que elegir y no eliges, esa es tu elección." WILLIAM JAMES, Principios de psicología, 1918

Algunos Tips para gestionar las dudas.



1. Evitar la postergación y si da miedo, hacerlo con miedo.

Realiza un ejercicio de introspección en el que identifiques cuáles son tus miedos, tus creencias y tus pensamientos sobre la decisión en cuestión. Si identificas que en esos argumentos hay muchos "¿Y si sale mal?, ¿Y si no estoy preparado/a? ¿Y si....?" o hay muchas declaraciones del tipo "Haga lo que haga no va a ir bien" , podemos asegurarte que quién está manejando esa toma de decisiones es el miedo y la ansiedad y, muy posiblemente, te precipites.


2. Vamos a vencer a esa duda.

Debemos callar a nuestro justiciero interno, ese que nos dice que: " No estás a la altura de las circunstancias", " No vas a ser capaz" "Vas a fastidiarlo todo" , " Va a salir mal, lo sabes", "Si sale mal será culpa tuya, porque tú sabías lo que iba a pasar". Este justiciero pretende ser perfecto y ve la vida desde dos polaridades: bueno-malo. La vida no es así, una decisión conlleva un millón de axiomas y anticiparnos a los resultados de la misma solo nos lleva a NO vivir en total plenitud, a vivir a medias, escondidos/as bajo un gran caparazón porque el mundo es peligroso y desafiante. Y sí, en cierto modo lo es, pero somos mucho más peligrosas las personas con nosotras mismas cuando nos convertimos en jueces injustos que nos castigan sin evidencias.


3. Detecta qué es lo que quiere esa duda.

La duda es un mecanismo que nos hace sentir que tenemos control en nuestra vida. De hecho, cuando gestionamos bien la duda así es. Pero cuando no la gestionamos adecuadamente, cuando lo que hay detrás de esa duda es miedo, lo que hace en realidad es no aceptar la incertidumbre. Aceptar que no sabemos ni podemos adivinar el futuro y enfrentarnos a esa sensación de vértigo requiere de un acto consciente de valentía.


4. ¿Qué es lo peor que podría pasar?.

Está bien, supongamos que esa decisión que finalmente tomamos no sale bien. ¿Cuál es el problema? A las personas con tendencia al perfeccionismo la idea de creerse infalibles a la hora de tomar cualquier decisión les mantiene con una espada de Damocles constante, presas de su propia concepción idealizada de su modo de actuar. Pero, si nos planteamos qué es lo peor que podría pasar, seguramente respondamos que no sería agradable pero que lo superaríamos, como hemos superado otras muchas situaciones difíciles en nuestra vida. Las personas somos imperfectas y, por tanto, las decisiones también lo son. La única forma de comprobar si una duda esta basada en el miedo o en evidencias, a veces, solo puede realizarse a través de la experimentación.



Si siguiendo estos pasos seguimos teniendo dudas o sentimos que ellas nos están manejando impidiéndonos actuar con determinación, es entonces cuando puedes plantearte acudir a terapia. En Psicoterapia Neva os podemos ayudar a manejar esas dudas a través del aumento de la autoconfianza y de la autodeterminación.


"Sólo quienes se arriesgan a ir demasiado lejos pueden encontrar lo lejos que se puede llegar." T.S. Elliot, 1948


 

Comments


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page